Los tres quedaron imputados por “supresión de estado civil” y sospechan de una red de trata de personas.

El hecho inició el pasado 9 de agosto cuando Karina Segovia, gerente en el hospital San Vicente de Paul de Orán, denunció la desaparición de una beba nacida allí. La doctora detalló que Patsy Godoy, la madre, ingresó al hospital el 4 de agosto para dar a luz y a los dos días fueron dadas de alta.

A partir de esto, se dio la orden a un agente sanitario para visitar a la mujer con el objetivo de llevar un control de la evolución de la operación, ya que el parto fue por cesárea, y el estado de la recién nacida.

Cuando llegó dicho control el 7 de agosto, Godoy se encontraba sola en su casa y declaró que la beba había quedado internada en el hospital. El agente se percató de que la mujer mentía y se activó una alerta por el caso.

En la investigación, se percataron que la mujer tenía declarado otro domicilio en la localidad de Aguas Blancas, allí reside Evaristo Caiguara Ortiz, otro imputado. Al llegar al lugar no encontraron a nadie. 

Sin embargo, pudieron encontrar al hombre quien delató a su hermana María Caiguara Ortiz (quien vive en Bermejo, Bolivia), también imputada. Esta última llegó el 9 de agosto a la comisaría con la recién nacida en su poder y en buen estado de salud. 

Los tres imputados declararon que no fue de mala fe. Godoy había sido amenazada por su madre si tenía otra hija y los Caiguara Ortiz decidieron ayudarla. La hermana, María, se haría cargo de criarla como su hija.

La fiscal a cargo de la Sede Descentralizada de Orán, tras la imputación, solicitó y consiguió la prisión preventiva para los hermanos, mientras que respecto de Godoy, quedó en libertad pero con la promesa de no entorpecer el proceso y las restricciones de no poder abandonar el país y de tener prohibido el acercamiento a la niña.