La Iglesia respaldó el trabajo de los comedores en medio de la polémica con el Gobierno
La iglesia católica volvió a emitir un mensaje crítico contra el gobierno de Javier Milei.
Fue durante la homilía que celebró monseñor Oscar Ojea, titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), en la celebración que encabezó La iglesia de la Virgen del Milagro de Caacupé, ubicada en La Matanza. Allí, junto al equipo de sacerdotes que trabaja en las villas, le rindió homenaje a las mujeres que atienden en los merenderos.
Ojea resaltó la labor de las mujeres que trabajan en los comedores, tras una catarata de acusaciones del gobierno libertario respecto a la existencia de la mayoría de los comedores y el rol de las organizaciones sociales como articuladoras entre el Estado y la gente. Y fue también después de una seguidilla de mensajes que salieron del seno la Iglesia, manifestando un enorme fastidio por la tardanza en el reparto de alimentos almacenados, lo derivó en una crisis política entro del ministerio de Capital Humano, que conduce Sandra Petovello.
Tal como pidió Ojea en un mensaje que emitió en sus redes sociales un puñado de días atrás, no hubo presencia de dirigentes políticos ni se visibilizaron banderas de agrupaciones. Intentaron despegar todo lo posible el mensaje de la institución de la posición opositora. No querían que haya interferencias en el contenido que querían transmitir respecto al rol de los comedores y el reparto de los alimentos.
Uno de los comedores colocó dentro de la iglesia una bandera que no tenía ningún tipo de vinculación con la parroquia. Algunos sacerdotes pidieron sacarlas. Buscaron dar un mensaje puro y conciso, que plasme el fastidio y la preocupación que tiene la cúpula eclesiástica respecto de la demonización de los comedores y el rol de las organizaciones sociales que hizo el gobierno nacional.
La celebración se vivió en un ambiente profundamente religioso. Ojea bendijo las manos de las cocineras que cada día trabajan en los comedores. No hubo cánticos ni consignas partidarias. Fue un momento en el que la comunidad eclesiástica pudo resaltar la gratitud hacia las madres que atienden los comedores y también la necesidad de que su trabajo sea valorado debidamente.
Desde la Iglesia desmintieron la presencia de barrabravas de Laferrere, debido a que había personas vestidas con la camiseta del club del ascenso. Incluso, aseguran que la misa se vivió en un clima festivo por el trabajo que hacen las madres. Una postura positiva para reconocer su rol y su trascendencia en el trabajo diario que realizan en los barrios más humildes.