El mes de febrero del año 2024 marcó un hito en la historia fiscal argentina con la obtención de un segundo superávit fiscal consecutivo, registrando el mayor recorte de gastos en los últimos 30 años. Este logro se vio reflejado en un superávit primario de $1.232.525 millones y un superávit financiero de $338.112 millones.

El superávit financiero se logró gracias a una reducción del gasto primario del 36,4% interanual real, lo que llevó al resultado primario a alcanzar un superávit histórico. Este resultado fue posible en parte debido a la postergación de algunos pagos hacia adelante, lo que impactó en una mejora del resultado fiscal en base caja, que es el indicador que sigue el FMI.

Los datos revelan que en el bimestre de enero y febrero, el superávit primario ascendió a $3.243.000 millones, lo que equivale al 4,9% del PIB. Además, el superávit fiscal se incrementó a $856.000 millones, representando el 0,13% del PIB. Estos resultados positivos fueron logrados en un contexto de reducción de ingresos totales, que tuvieron una variación interanual real negativa del 6,3%.

Para garantizar la sostenibilidad del superávit, el Gobierno anunció medidas fiscales que incluyen el regreso de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, la opción de adelantar el pago de Bienes Personales, una moratoria y un blanqueo. Además, se enviará al Congreso una nueva Ley de Bases para intentar aprobar una nueva fórmula para las jubilaciones.

A pesar de estos logros, hay preocupación por los gastos devengados que aún no han sido pagados, como los correspondientes a Cammesa y la deuda flotante con proveedores del Estado. En febrero, según datos de gastos devengados, la Administración Pública Nacional tuvo un déficit financiero de $294.000 millones.

Aunque los números respaldan el objetivo de "déficit cero" del presidente Javier Milei, aún queda por ver el resultado de marzo. Sin embargo, los datos de febrero muestran que el Gobierno está cumpliendo con las metas comprometidas, especialmente en lo que respecta al recorte de gastos en áreas como jubilaciones, inversión real directa, subsidios a la energía y salarios del sector público.