Con la ausencia de Cristina Kirchner, que decidió quedarse en el sur, el Congreso recibió al presidente de Chile, Gabriel Boric Font, quien desde el domingo se encuentra de visita oficial a la Argentina, primera gira internacional emprendida por el mandatario trasandino.

Boric fue recibido por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma, con quienes mantuvo una reunión de algo más de media hora en el Salón de Honor de la presidencia de la Cámara baja.
Tras recibir los honores de rigor e ingresar por la explanada, el presidente chileno firmó el libro de visitas del Congreso, que se encuentra en el Salón Azul del Palacio Legislativo.

Además de la reunión, protocolar, en la que se hablaron de cuestiones bilaterales, Boric disfrutó del tradicional paseo por las instalaciones del Congreso, visitando el recinto de la Cámara baja y el Salón Eva Perón del Senado, entre otras dependencias, de la mano de Massa y Ledesma, sus anfitriones durante la hora y 20 minutos que permaneció en el Palacio Legislativo.
La ausencia de Cristina Kirchner fue confirmada antes de la llegada del mandatario al Congreso, en una escueta gacetilla difundida por su equipo de prensa en la que se señaló que en representación del Senado iba a participar la senadora por Santiago del Estero, “debido a que la vicepresidenta de la Nación se encuentra en el sur del país”.

Tras la formal reunión de trabajo en dependencias de la Cámara de Diputados, en la que se habló de una agenda bilateral de desarrollo y de políticas públicas, Boric fue agasajado con una serie de presentes por parte de las autoridades legislativas.

Además de un juego de mate y bombilla de plata, una medalla y un libro ilustrado sobre las diferentes regiones del país, Massa rompió el protocolo y le entregó una camiseta de Tigre, club del cual es hincha, con el número diez y el nombre del presidente chileno en el dorsal.
Vestido con la informalidad que lo caracteriza, traje y camisa blanca sin corbata, Boric se mostró curioso y admirado con varios de los salones del Congreso. De hecho, cuando se retiraba abandonó la tradicional alfombra roja para mirar con detenimiento el mueble donde se guardan las llaves del viejo sistema que usaban los diputados para votar, que se encuentra en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara baja.