En Matemática, 7 de cada 10 alumnos no alcanzan niveles básicos en el país
El gobierno de Milei enfrentará enormes desafíos a partir de la semana que viene. Se habla mucho sobre la crisis económica y la inseguridad. Pocos advierten el grado de deterioro en el que, además, está la educación básica.
Una forma de medirlo es a través de la prueba PISA, que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hace cada 3 años. Mide las habilidades y conocimientos de los alumnos de 15 años en Matemática, Lengua y Ciencias.
Este martes se difundieron los resultados de la última hecha en 2022. Y los argentinos quedaron muy mal parados: en el puesto 66 sobre 81 países evaluados.
Como en ediciones anteriores, los alumnos argentinos siguen con los desempeños más bajos del mundo y también de Sudamérica.
Los alumnos de Brasil fueron superando a los argentinos en las distintas materias evaluadas y hasta los de Perú que estaban último ahora están mejor. Los de Chile y Uruguay, líderes de la región, ya sacan una ventaja amplia.
Los fríos números son preocupantes. Muestran que en el país más de siete de cada diez alumnos (el 73%) no pueden resolver un cálculo matemático básico para su edad.
En Lengua, más de la mitad (el 55%) no puede identificar la idea principal en un texto de extensión moderada, encontrar información basada en criterios explícitos ni reflexionar sobre el propósito y la forma de los textos.
La otra punta también preocupa. Menos del 1% de los alumnos argentinos (“casi ninguno”, dice el informe) tiene resultados avanzados en Matemática, esto es, pueden modelar situaciones complejas, seleccionar, comparar y evaluar estrategias apropiadas de resolución de problemas.
En Singapur son el 41% de los estudiantes, en Taipei el 32%, en Japón y Corea el 23%. El promedio de la OCDE es del 9%.
Hay más datos que generan inquietud y que muestran que de la crisis educativa argentina no se salva nadie. “Los estudiantes de mayor nivel socioeconómico en el país se desempeñan como los de menor nivel en Turquía, Estados Unidos y Francia”, destaca Alejandro Ganimian, especialista en evaluaciones educativas de la Universidad de Nueva York.
Los resultados de esta última prueba PISA son relevantes, además, porque es la primera evaluación educativa global que se hace después de la pandemia, lo que permite entender cómo impactó el cierre de escuelas en los aprendizajes. De hecho, esta prueba se hizo 4 años después de la anterior (en 2018), porque aun no estaban las condiciones para medir el rendimiento educativo en todos los países.
Y lo que exhibe para la Argentina es llamativo. Mientras que tras la pandemia el promedio de los países descendió considerablemente sus rendimientos -sobre todo las naciones más desarrolladas-, la Argentina empeoró muy poco sus resultados con respecto a 2018. Bajó 2 puntos en Matemática, 1 en Lectura y subió 2 en Ciencias.
Esta paradoja (cierre de escuela sin impacto en los aprendizajes) habilita a pensar si, acaso, no es la experiencia escolar lo que más determina que los alumnos argentinos mejoren en Matemática y Lengua.
“Pensé que los resultados iban a ser peores teniendo en cuenta no solo la pandemia, sino que es la primera vez que en Argentina PISA se toma en computadora y, muchas veces, estas adaptaciones llevan a disminución en los resultados. Pero en Argentina no se está viendo esto. También hay que tener en cuenta que Argentina tiene desempeños muy bajos en PISA”, dice María Cortelezzi, especialista en evaluación educativa.
A diferencia de otros operativos de evaluación, PISA no mide cuánto saben los alumnos sobre el contenido curricular, sino que busca conocer cuánto comprenden, resuelven y comunican resultados de situaciones “del mundo real”.
Este año, el foco principal del estudio estuvo puesto en Matemática, y de ahí surge que la Argentina se ubica en el puesto 66. Además, quedó en la posición 58 en Lengua y 60 en Ciencias.
Singapur encabezó este año los resultados, seguido por Macao (China), Taipei (China), Hong Kong y Japón. En la región, Argentina quedó solo por delante de países como Jamaica, Panamá, Guatemala, El Salvador y Paraguay.
Como otros años, algunas provincias decidieron participar por su cuenta en la evaluación PISA. Son la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza (que lo hizo por primera vez). Ciudad y Córdoba muestran mejores resultados que el país, pero mayores descensos por la pandemia, mientras que Mendoza tuvo resultados similares al promedio de la Argentina.
Cortelezzi destaca “el trabajo enorme que hicieron las provincias” para pasar de PISA papel a la versión digital. “En Argentina no se habían tomado pruebas de esta forma y con el nivel de rigurosidad que implica PISA. Creo que es para remarcar este esfuerzo y logro”, afirmó.
De los 81 paises que participaron en PISA 2022, 36 son miembros de la OCDE y 45 no son parte de esa organización. En el caso de Argentina, la prueba fue conformada por una muestra representativa del país. Participaron 457 escuelas y 12.000 estudiantes. Algunos expertos señalan ciertos reparos a PISA, pero todos toman los datos para el análisis.
Otro dato llamativo de la última prueba PISA es que en la Argentina los estudiantes de menor desempeño en 2018 tuvieron una evolución más favorable que los de mayor desempeño.
En Matemática, los de menor desempeño mejoraron y los de mayor desempeño empeoraron. En Lengua, los de menor desempeño mejoraron y los de mayor desempeño siguieron igual. En Ciencias, ambos grupos se desempeñaron de forma similar al 2018.
Algo similar sucede con los estudiantes argentinos según su clase social. Los de clase más baja mejoraron mientras que los más acomodados se mantuvieron similar en relación a 2018. A Ganimián y otros expertos a los que consultó Clarín les llama la atención que esto suceda.
“Dadas las circunstancias de la pandemia, hubiese imaginado que el desempeño de los estudiantes de nivel socioeconómico bajo hubiese empeorado (más) que el de los de nivel alto. Pero no fue así. De hecho, la brecha entre el desempeño de los estudiantes de nivel socioeconómico bajo y alto se redujo del 2018 al 2022”, dice Ganimián.
Desde el Ministerio de Educación nacional destacan esto como positivo. Lo hicieron en una comunicación de prensa en la que exhiben los resultados. Fue la única información oficial que, hasta este momento, difundió el Gobierno sobre el desempeño argentino en la prueba PISA.
Para Cortelezzi, “que la brecha entre los estudiantes de alto y bajo desempeño se haya reducido entre 2018 y 2022 tiene una doble cara. No positiva, porque los estudiantes con alto rendimiento disminuyeron sus puntajes promedio en Lectura y Matemática. Y positiva porque los estudiantes con bajo rendimiento experimentaron un aumento promedio en su desempeño”.
“Estos resultados son una oportunidad para reafirmar la importancia de priorizar la educación en la agenda política, especialmente en un momento de desafíos económicos y sociales complejos”, agregó la especialista.