Abandonó un cargamento millonario de drogas que "equivale a más de 300 salarios mínimos"
En función de una acusación sostenida por el fiscal federal José Luis Bruno, titular de la Sede Descentralizada Orán, el Tribunal Oral Federal N°1 condenó el miércoles 20 de septiembre a Freddy Condori Choque, comerciante, a la pena de 6 años de prisión por el delito de transporte de estupefaciente.
El tribunal, integrado de manera unipersonal por el juez Federico Santiago Díaz, dispuso -en línea con el pedido del fiscal- el decomiso de un auto Fiat Siena utilizado para la comisión del delito, al igual que dos handies y un binocular de visión nocturna.
Durante el debate, el fiscal Bruno repasó el hecho en detalle. Precisó que el 11 de marzo pasado personal de la Gendarmería Nacional de la sección Aguas Blancas y del Destacamento V realizaban controles preventivos en la ruta nacional N°50, a la altura del kilómetro 64, en un sector denominado “El Gauchito Gil”, cuando alrededor de las 18.00 observaron el auto Fiat Siena.
Explicó que los agentes divisaron que el vehículo se dirigía de norte a sur, aunque frenó repentinamente sobre la banquina, a 500 metros del puesto de control que habían instalado sobre la ruta, considerada estratégica en la zona por su recorrido desde Pichanal hasta el puente Internacional sobre el Río Bermejo.
Añadió que, ante la conducta sospechosa, el personal se dirigió hacia el rodado y que el conductor continuó su trayecto hasta arribar al lugar donde se encontraba el puesto, donde los gendarmes realizaron un control de los papeles del vehículo.
El fiscal relató que luego el personal preventor se dirigió con el automovilista hasta el lugar donde había detenido su marcha. Revisaron los alrededores y hallaron dos mochilas, que contenían cada una nueve paquetes rectangulares y, en cada una, había una botella de agua.
Bruno repasó que en el interior del vehículo encontraron además tres dispositivos de memoria digital, un equipo binocular de visión nocturna, dos equipos handies y dos actas de requisa de julio y octubre de 2019, la primera realizada por personal de la Sección Senda Hachada y la segunda por sección Vial Caraparí.
Respecto a la droga, el fiscal expuso el resultado del peritaje pertinente, que determinó el peso de la droga y su concentración en un promedio de 71,54%, con una capacidad de extracción de 128.446,49 dosis umbrales.
En su alegato sobre la responsabilidad del acusado en el hecho, el fiscal precisó la conducta delictiva de Condori Choque en función de los testimonios recibidos en el debate, como también en el resultado de las pruebas producidas por la fiscalía.
En base a ello, ratificó la acusación y solicitó que fuera declarado penalmente responsable del delito achacado, postura que el juez Díaz acompañó luego de evaluar la imputación, los testimonios y los argumentos expuestos, tanto por el mismo acusado como por su defensa.
En su descargo, Condori Choque se había desvinculado del delito y en todo momento adujo que fue detenido por los gendarmes para que fuera testigo de un procedimiento.
Su declaración, sin embargo, no fue suficiente para revertir los argumentos esgrimidos por la fiscalía respecto al hallazgo de la droga y su participación en el transporte, lo cual, agregó el tribunal, no pudo ser controvertido por la defensa.
“Considero que el hecho está acreditado, correspondiendo dar crédito a la versión de los hechos proporcionada por el personal de Gendarmería Nacional en sus testimonios (corroborada a su vez por los testigos civiles), toda vez que se trata de funcionarios del orden respecto de los cuales no se ha acreditado que tengan animosidad alguna en contra del imputado”, sostuvo el juez.
“En mi opinión, quedó acreditado que Freddy Condorí Choque transportó sustancia estupefaciente en el rodado que conducía, dentro de dos mochilas, sabiendo lo que transportaba, es decir, teniendo intención de hacerlo”, agregó el magistrado.
Señaló como “un poderoso indicio” en contra del imputado el avalúo de la droga incautada. “Nadie deja abandonado a pocos metros de la ruta una mercadería valuada en casi 38 millones de pesos, suma que aun hoy, a pesar de la inflación, alcanzaría para comprar uno o dos inmuebles, y que equivale a más de trescientos salarios mínimos en nuestro país”, consideró.
En ese orden, resaltó “la presencia de un par de handies y un binocular de visión nocturna, que más allá de que sean o no accesibles en cuanto a su precio, suelen ser utilizados para sortear los controles fijos de Gendarmería”.
Precisó que ese equipamiento se utiliza para el transporte de la droga por el campo. “El imputado pudo haber llevado adelante esta empresa en forma solitaria, o bien en coordinación con uno o más cómplices. Por ello, la hipótesis de realizar un trayecto a pie se fortalece con la presencia de una botella de agua en cada una de las dos mochilas halladas. Es decir, la presencia de los handies y del visor nocturno son compatibles con la teoría de la elusión de un control fijo de la Gendarmería y que podía ser llevado a cabo a través de un trayecto realizado a pie”, concluyó el juez, quien -por último- coincidió en la sentencia con el pedido de pena requerido por la fiscalía.