Santa Victoria Este: originarios tomaron el hospital público
Un reducido grupo de originarios encabezados por Alejo Gallardo, Gervasio Barbier y Filiberto Barbier; empleados del Hospital Público de la localidad; coparon al mediodía las instalaciones del nosocomio, encerrando al personal de gerencia y médicos, lo que obligó a suspender la atención a los pobladores.
Los manifestantes denuncian que existen irregularidades y entre ellas figura el incumplimiento de horarios. El hecho sucede en medio de una serie de medidas de fuerza de Autonconvocados de la salud.
No es la primera vez que los originarios invaden el Hospital con reclamos, y este mediodía un grupo de no más de 20 personas coparon las oficinas de la gerencia con intenciones de echar a los trabajadores. En videos registrados tanto por el personal de salud como los originarios se escucha cómo los referentes se organizaban para echar del Hospital a quienes se encontraban en el interior y cómo los trabajadores se oponían sin llegar a enfrentamientos.
Voces extraoficiales acusan que en realidad, los caciques pretenden controlar los recursos sanitarios y cupos de capacitaciones que se destinan al Hospital, afectando solo a los wichis; intención que es encabezada por Gervasio Barbier, titular del Consejo de Participación Indígena. Dicho referente culpa de racismo y violencia hacia los pobladores originarios por el personal de salud criollo, pero él mismo ya fue señalado en varias oportunidades por abusos y atropellos hacia el personal de salud. Victoria, en promedio, viene registrando designaciones anuales de gerentes y todos ellos son denunciados sistemáticamente por “irregularidades”, “discriminación”, “violencia”, “incumplimiento de horarios” y otros argumentos.
Este miércoles, efectivos del destacamento policial de Santa Victoria Este intervinieron ante los hechos que ocurrieron. La sociedad criolla señala al re electo Rogelio Nerón como el mediador para solucionar el conflicto, remarcando que se exponen a ser catalogados como “zona de conflicto” y provocar que profesionales médicos se nieguen a trabajar en la zona; como ya sucedió con el último gerente, el Dr. José Ordóñez.