Un depravado de 22 años abuso de una niña de 12

 La contactó por las redes sociales, donde tenía varios perfiles. Ella le respondió un día y comenzaron a chatear. 

El imputado le dijo que la conocía de La Silleta, donde ambos residían. La había visto pasar varias veces y le propuso un encuentro. Le preguntó su edad y ella le respondió: tenía 12 años. Él le dijo que tenía 15 años, pero no era verdad.

Se vieron y él le dijo que le gustaba mucho y le propuso ser su novio. Siguió insistiendo en cada charla que tenían a través de las redes sociales hasta que finalmente la citó y la llevó a una pieza ubicada en el terreno de su familia. Allí mantuvieron relaciones sexuales.

La madre de la menor denunció al imputado en enero de 2020, cuando su hija se fugó de la casa. Relató que a raíz de este hecho le prohibió a la menor el uso del celular. Al revisar el teléfono observó varias llamadas perdidas de un contacto agendado como “Sheila”. Llamó a ese número y la atendió un hombre, quien argumentó ser amigo de la menor.

La denunciante indagó luego a su hija, quien finalmente le contó que el acusado había tenido relaciones sexuales con ella. Ante esto, la mujer volvió a comunicarse con el sujeto, para recriminarle lo sucedido, pero él le aseguró que todo era mentira.

En un procedimiento abreviado llevado a cabo en la Sala III del Tribunal de Juicio, el sujeto (22) fue condenado a tres años de prisión condicional por resultar autor de los delitos de abuso sexual con aprovechamiento de la inmadurez de la víctima (estupro, dos hechos) y desobediencia judicial, en concurso real.

El juez Pablo Farah le impuso al condenado reglas de conducta que deberá cumplir durante dos años, entre ellas, prohibición de contactarse con la víctima y de acercarse a ella, a su domicilio y a los lugares que frecuente; obligación de someterse a tratamiento psicológico previo informe que acredite su necesidad y eficacia. Dispuso además la inscripción del imputado en el Banco de Datos Genéticos.