Más de 339 millones de personas en el mundo necesitan asistencia humanitaria. Pero, quienes les asisten, siguen siendo objetivo de ataques, secuestros, criminalización, lesiones y, a veces, homicidios. Los ataques contra el personal sanitario y sus instalaciones siguen mostrando tendencias preocupantes: 2022 fue el año más violento de la última década, con un aumento del 45% respecto a 2021. Se produjeron 1.989 ataques y amenazas contra instalaciones y personal sanitario, con 232 trabajadores muertos, 298 secuestrados y 294 detenidos, según la Coalición para Preservar la Salud en los Conflictos (SHCC, por sus siglas en inglés).
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