Las quemaduras lideran los accidentes caseros en invierno
Con la llegada del invierno, el uso de braseros, estufas, hornallas y agua caliente aumenta los riesgos dentro del hogar.
El Dr. Gabriel Chagra Dib advirtió en diálogo con InformateSalta que está recibiendo "muchísimas consultas de pacientes quemados con líquidos calientes y también hemos recibido consulta con intoxicación por monóxido de carbono”.
"Siempre que pongan el brasero, abran una pequeña rendija para ventilar. Igual se calienta”
El especialista remarcó que el monóxido es un gas “que no tiene olor y que se produce generalmente cuando se utilizan los braseros”. En los barrios más humildes, donde no hay gas natural, “la gente cierra todas las ventanas y las puertas y eso hace que no haya ningún tipo de ventilación”. En esos casos, la recomendación es clara: “Para calentar la habitación, pongan el brasero y abran una pequeña rendija para ventilar. Igual se calienta. Y cuando vayan a dormir, apaguen el brasero porque consume oxígeno”.
“No se recomienda prender el horno para calentar la casa”
Las señales de alarma para una intoxicación son a menudo confundidas: “Empezamos a sentir síntomas como náuseas, dolor de cabeza, creemos que estamos engripados y nos vamos a la cama. Eso es peor, porque ahí ocurren los hechos fatales por creer que es otra la sintomatología”. También advirtió que “no se recomienda de ningún modo prender el horno para calentar la casa, porque no tiene escape”.
Otro consejo fundamental fue sobre los autos en cocheras cerradas: “La cochera está cerrada, calientan el motor con el portón cerrado y eso tira monóxido de carbono. La recomendación es abrir el portón antes de prender el motor para que se oxigene”.
"No hay que confiarse con la quemadura de los bebés porque se deshidratan muy rápido”
En cuanto a las quemaduras, explicó que la mayor parte de las consultas son por líquidos calientes, sobre todo en bebés y niños. “Tengan cuidado cuando tengan un bebé en brazos. La mamá toma mate y el chiquito manotea el mate o el termo. La quemadura en un bebé es mucho más grave porque la piel es mucho más fina”. También recordó los riesgos de los famosos “vaporcitos” caseros para la bronquitis: “El chico manotea la olla con agua caliente y se quema. La idea es que no pase ninguna de las dos cosas”.
Sobre el uso de estufas, especialmente las eléctricas o a cuarzo, indicó que son muy peligrosas: “Los chicos se acercan porque les llama la atención el rojo caliente y se queman la mano”. Y también aconsejó colocar las ollas o pavas siempre en la hornilla trasera para que los niños no las alcancen.
Finalmente, dejó una guía básica sobre qué hacer ante una quemadura: “Primero, neutralizar el calor con un poquito de agua fría y recién retirar la prenda. No colocar absolutamente nada, un paño limpio y al centro de salud. No confiarse con la quemadura de los bebés porque se deshidratan muy rápido”, concluyó.