Desde el primer minuto de este martes, la petrolera estatal YPF aplicará un aumento del 2% en el precio de las naftas y el gasoil, lo que vuelve a poner en jaque la economía de los salteños. Aunque el ajuste puede parecer menor, sus efectos podrían extenderse más allá de los conductores y propietarios de vehículos, impactando directamente en los precios de productos esenciales para la canasta familiar.

Este nuevo incremento se suma al 1,9% registrado a principios de marzo y continúa con la tendencia de subas sucesivas observadas desde diciembre del año pasado. En los últimos dos meses, el ajuste acumulado ronda el 2%, ubicándose por debajo de la inflación de febrero (2,4%) y de la proyección para marzo, que según consultoras privadas se estima entre el 2,5% y 3%.

Sin embargo, el mayor problema radica en el posible efecto en cadena que esta suba podría generar en el precio de los alimentos y otros bienes de primera necesidad. Históricamente, el incremento en el valor de los combustibles impacta en los costos logísticos, lo que suele traducirse en una escalada de precios que golpea especialmente a los sectores más vulnerables.

Si bien el resto de las petroleras aún no han confirmado si replicarán el ajuste, en general, terminan acompañando las decisiones de YPF. Con este panorama, los salteños enfrentan un nuevo desafío en su economía diaria, con la incertidumbre de cuánto más podrían aumentar los precios en los próximos meses.