La Justicia no le cree a los dueños de las tarjetas que tenía "Chocolate" Rigau y podría procesarlos
El miércoles se retoman las audiencias con los titulares de los 48 plásticos que el puntero usaba para retirar $27 millones por mes.Hasta ahora declararon 16 personas pero en la Fiscalía desconfían de lo que manifiestan.
Desde este domingo, Julio "Chocolate" Rigau se levanta y se acuesta en una celda con medidas de dormitorio: 2.50 metros por tres. Un espacio incomparablemente más cómodo, limpio y moderno que el calabazo en el que pasó la noche del sábado, tras entregarse a las las 19 en la comisaría 2 de la avenida 38, entre 7 y 8, pleno centro de La Plata, a media cuadra de la plaza Olazábal.
El abogado Miguel Angel Molina del tan exclusivo como costoso estudio Gascón Cotti , estaba esperando a "Chocolate" en el destacamento platense donde se presentó minutos antes de cumplirse las 24 horas de estar "desaparecido" y a punto de convertirse en prófugo, algo que evitó para para que no se le complique aún más su situación judicial. Según describió en el portal de TN la periodista María Fernanda Alonso, Molina llamó a Rigau. “Chocolate, dónde estás”, le preguntó.
“Estoy en lo de mi hijo. Si no me puedo entregar el lunes, por el Día de la Madre, estoy a disposición del juez”, contestó el puntero massista cuyo jefe es el concejal Facundo Albini, quien nunca dijo una palabra del escándalo en el que está involucrado el integrante de su agrupación desde el 9 de setiembre cuando lo atraparon con una bolsa llena de plata en una sucursal del BAPRO en La Plata. Rigau llegó con sus tres hijos, también “empleados” de la Legislatura bonaerense, con sueldos de $580 mil cada uno. “Cuiden a mamá”, les pidió antes de ser acompañado por dos guardias al calabozo.
Todos se sorprendieron cuando, en la madrugada del domingo, una consigna fue a buscar a Rigau a la comisaria para trasladarlo a la alcaidía Roberto Pettinato, bautizada de esa manera como homenaje al padre del ex trompetista de Luca Prodan. El concejal Albini, que el domingo puede renovar su banca en la lista del ministro de Axel Kicillof, Julio Alak, aparenta haber sufrido una profunda disfonía, patología que también se cree afectó a su líder político, Sergio Massa, pero de una manera extraña: el ministro candidato sólo parece haberse quedado sin voz exclusivamente para referirse a este tema, ya que sí se lo escuchó y escucha claro en sus diátribas preelectorales.
Massa y Albini tienen varias fotos abrazadísimos en las redes sociales. Debe ser que en el Frente Renovador (también en el resto del peronismo y hasta en varios sectores de la oposición bonaerense), el brote de disfonía se esparció con fuerza entre sus militantes ya que terminó contaminando al propio Rigau, que no se ofreció a responder ninguna pregunta de la Fiscal Betina Lacki, como cuando se negó a declarar aquella vez que fue por primer vez aprehendido, el sábado 9 de septiembre.
En la Fiscalía informaron a Clarín que desde este miércoles se retomarán las audiencias con los titulares de los 48 plásticos que tenía en su poder el puntero. Entre ellos, sus tres hijos que lo acompañaron cuando se entregó a la policía. Hasta ahora declararon 16 personas que dijeron cosas "increíblemente fantasiosas", según describió un investigador a este diario. Los secretarios y demás colaboradores de la fiscalía que encabeza Betina Lacki no podían creer lo que escuchaban. "Todos estabamos descompuestos", graficó uno de ellos ante Clarín.
Desde el lunes hasta la tarde del miércoles de la semana pasada habían declarado 15 dueños de las tarjetas de débito que tenía el puntero. "Esas 15 personas estaban como agradecidos de que Rigau les cobrara el sueldo de $ 580.000 mensuales por sus contratos en la Cámara de Diputados bonaerense. No les importaba que el hasta entonces imputado se quedara con toda o buena parte de la plata", señalan todavía sorprendidos en la Fiscalía. "Evidentemente es gente que tienen poco o nada, pero que por tener obra social y jubilación no les importa ser cómplices o participes de un esquema de corrupción política enquistada hace mucho tiempo", agregan.
Los investigadores ponen foco y eje en la palabra "participe". Y aunque son muy reservados, hay quienes empiezan a convencerse que si finalmente se lo acusa a Rigau de asociación ilícita (con una máxima de cárcel de 10 años), muchos de los dueños de las tarjetas que mintieron en su declaración podrían no solo ser acusados de falso testimonio , sino también de participes secundarios o principales de esa supuesta asociacion ilícita. Hasta ahora, lo único verídico que sienten en la Fiscalía, además de la bolsa de dinero y tarjetas que tenía Chocolate, fue la declaración del "testigo 16". Se llama Ezequiel T.
Lo llaman "testigo 16", como ahí lo llaman, no por haber declarado después de los demás, sino por que dijo algo distinto a todos los otros. Ezequiel es un joven bonaerense desocupado que a través de "un contacto" en la Cámara de Diputados llenó los formularios con la promesa de entrar como asesor de un legislador, cuyo nombre no identificó. "Yo estaba esperando que me nombren asesor, nunca supe de quién", afirmó en su testimonio al que accedió Clarín . Fue el único que les dio a los investigadores la oportunidad de acusar a "Chocolate" de "defraudación de fondos públicos" y empezar a desentrañar la trama de la corrupción que afecta a buena parte de la política del Provincia de Buenos Aires.
Ezequiel declaró que el año pasado concurrió a firmar un contrato en la Cámara de Diputados y que luego fue a retirar la tarjeta de débito a la sucursal del Banco Provincia ubicada en la calle 6 y 46. Ante las consultas de la Fiscalía, dijo que nunca utilizó la tarjeta y que al día siguiente de retirarla la entregó en la Cámara pero nunca firmó ninguna baja de su contrato. "No me hicieron firmar nada" aseguró. Y amplió en la misma línea: "Nunca la use. Me la pidieron. Yo no sabía cómo se manejan, estaba esperando que me salga el contrato y la esperanza mía era tener trabajo. Un día me la dieron y al otro día me la pidieron, no la tuve casi en mi poder".
Sin embargo, no dio detalles de la identidad de quién le solicitó la tarjeta: "No sabría decirle quién era, supongo que un empleado o alguien de ahí (por la Legislatura). El testigo también declaró que no conoce a Chocolate Rigau y que nunca prestó ningún tipo de servicios ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado bonaerense. Para los funcionarios judiciales el testimonio de el "Testigo 16" fue clave.
Era el primero que deschavaba el entuerto del delito, dando la posibilidad de avanzar con una figura legal que hasta les permitiría allanar la Legislatura para buscar más pruebas y evidencias. Hay también mucha ansiedad por lo que se pueda encontrar en el teléfono Samsung de Chocolate que se abriría el viernes.