Salta es uno de los cinco centros de investigación argentinos en los que se desarrolla un proyecto para producir una vacuna capaz de prevenir el virus sincitial respiratorio, causante de la bronquiolitis.

Esta investigación se está realizando en 18 países y actualmente se encuentra en la fase III, que es el paso previo a la aprobación de la vacuna a nivel internacional. En la última fase, se evalúa el funcionamiento de la preparación, es decir el grado de efectividad y los posibles efectos adversos, para garantizar la seguridad antes de ser aprobada.

Desde el año 2021, el hospital Materno Infantil participa en el estudio, supervisado por la red de investigadores iTrails y la Fundación Infant.

Alrededor de 7900 embarazadas de los países participantes fueron parte del experimento. En Salta, alrededor de 100 mujeres accedieron de manera voluntaria a recibir la vacuna en estudio, contando con un minucioso seguimiento por parte de los profesionales del hospital Materno Infantil.

Resultado preliminar

Los datos preliminares de la investigación dan cuenta que, entre los niños nacidos de mujeres vacunadas, se ha verificado un 81% de eficacia de la vacuna en los tres primeros meses de vida.

Este dato evidencia un alto índice de respuesta ante la aparición del virus sincitial respiratorio, que anualmente ocasiona una elevada tasa de internación y mortalidad entre niños menores de seis años, a nivel mundial.

La estrategia de vacunar a las embarazadas busca que ellas produzcan anticuerpos que, a través de la placenta, pasen al bebé en gestación, de manera que al nacer ya cuente con protección a infecciones respiratorias como la bronquiolitis.

La investigación en el hospital Materno Infantil está a cargo del médico Luis Navarro, especialista en ginecoobstetricia, secundado por obstetras, neonatólogos, pediatras y demás miembros del equipo de salud.

De aprobarse la vacuna contra el virus sincitial respiratorio, significará un cambio radical en la estrategia de prevención de la bronquiolitis, que afecta principalmente a los niños más pequeños.

También, conllevaría un beneficio para el sistema sanitario, que anualmente debe redoblar esfuerzos para responder a la contingencia sanitaria por bronquiolitis.