Pareja mató a su beba de 2 meses y van a juicio: "Se murió, ya fue, que le vamos a hacer"
En los próximos días se terminarán de delinear las estrategias defensivas de Solange Díaz y Leonel Peralta, los jóvenes de 22 años que están imputados por el crimen de su bebé de casi 2 meses, ocurrido el viernes pasado en Las Heras, Mendoza. Varios testigos han declarado en la causa y sirvieron para reconstruir la violenta relación que existía entre los sospechosos y que será clave en la investigación.
Si bien el informe final del Cuerpo Médico Forense (CMF) todavía no está disponible, una forense declaró en el expediente y adelantó que la menor tenía hematomas en los párpados, las mejillas, lesiones internas y externas en el cuello y un hematoma subdural en todo el hemisferio derecho del cráneo. "Las heridas pueden corresponder a estrangulamiento a lazo y un golpe contuso en la cabeza", arriesgó la profesional de la Salud.
Para el fiscal de Homicidios Carlos Torres no hay discusión en cuanto a que se trató de un infanticidio. Si bien tiene imputados a los progenitores de la pequeña Emma, la tarea más ardua será dilucidar el grado de participación o no que tuvieron Díaz y Peralta en el hecho de sangre.
Los antecedentes penales y casi los testigos de la causa -aunque hasta ahora casi todos son familiares de la chica- han apuntado a un contexto de violencia de género que sufría la joven. Leonel Peralta había sido condenado a 6 meses de prisión por lesiones leves contra Solange Díaz, aunque la chica también había referido haber sido abusada vaginal y analmente por su pareja pero luego no quiso instar la acción penal.
Uno de los testimonios clave es de un tío de Solange Díaz quien aseguró que el viernes en que murió la bebé se dirigió a la casa de Leonel Peralta para definir los detalles del sepelio y en un momento escuchó que el padre de la bebé hablaba por teléfono con otra persona y decía "se me murió la guacha, pero bueno, ya está, qué le vamos a hacer". En la misma sintonía, el padre de la joven madre manifestó que tras la muerte "mi hija lloraba y Leonel sólo miraba apoyado con una mano sobre la reja".
El progenitor dijo haber visto en pocas ocasiones a su yerno porque "le pegó varias veces" a su hija y hasta recordó una ocasión en que la joven estaba internada donde le mandaba mensajes que decía "contestá el teléfono, la concha de tu madre, chupa pija, porque voy a ir al hospital y te voy a quebrar la pierna".
La madre de Solange Díaz agregó que se enteraba por las amigas de su hija sobre las agresiones que sufría: "Una doctora me dijo que mi hija había sido violada y la obligué a hacer la denuncia porque no quería, aunque quedó en una exposición". "Leonel ya le había pegado y por eso perdió el primer embarazo. Ella me contó que le trajo pastillas para que termine de abortar", agregó.
Todos los testigos del entorno de la detenida sostuvieron que era buena madre y se preocupaba por su hija, pero que Peralta le decía "más vale que cuando esté la bebé me des más cariño a mí que a ella".
Algunos de los declarantes aportaron su teléfono celular para que consten en la causa los mensajes y audios de voz en que Peralta habría violentado a su expareja, aunque esa prueba está pendiente de producción.
Hasta el momento, ambos siguen imputados por homicidio agravado por el vínculo -prevé prisión perpetua- y están alojados en la penitenciaría. Los próximos días serán claves para determinar si muta la situación procesal de los sospechosos, que ya tienen abogados particulares distintos interviniendo en la causa.
Infanticidio
El viernes 1 de abril, cerca del mediodía, Solange Díaz ingresó al Hospital Gailhac con su bebé que estaba a punto de cumplir dos meses. La menor estaba sin vida y los médicos no pudieron hacer más que constatar su deceso. Según el procedimiento policial, la joven explicó que la pequeña estaba con flema y que se había ahogado cuando le daba la mamadera.
Sin embargo, los profesionales de la Salud constataron rápidamente las lesiones que tenía la pequeña Emma y notificaron a las autoridades. Al día siguiente, el fiscal Carlos Torres ordenó un allanamiento en la casa de El Algarrobal donde vivía la pareja desde hacía cinco días y ambos quedaron detenidos.